martes, 12 de abril de 2011

EDUCADOR DE CALLE

Educadores de Calle


La mayoría de las experiencias conocidas sobre la intervención del Educador de Calle surgen a través de asociaciones y grupos que, con una conciencia antiinstitucional, se aproximan directa y humanamente a los jóvenes marginados e inadaptados. Experiencias de este tipo las encontramos en varios barrios de Barcelona, Córdoba y La Rioja; las primeras promovidas por sus respectivos ayuntamientos y en la última por el Movimiento Pioneros. Fue este Movimiento quien, por primera vez, desarrolla tareas educativas directas en 1968 en el Barrio de Yagüe -La Rioja-, dando lugar a la profesión de Educador de Calle, que en Francia ya se denominaban Educadores en Medio Abierto.
El Instituto de Reinserción Social de Barcelona (IRES) también inició en 1975 una experiencia en el Barrio de El Carmelo por espacio de tres años; después de lo cual extendió su acción a otras zonas, llegando a ejercer esta tarea reeducativa sobre 850 jóvenes con seis equipos de Educadores de Calle.
Para aproximarnos a lo que es el Educador de Calle, podríamos definirlo como:
- Un profesional que recorre calles, bares, campos de juego, rincones... en busca de chavales a los que ofrecer amistad, ayuda, apoyo, vivencias, alternativas...
- Un profesional que es crítico con la sociedad.
- Un adulto cualificado que sirve de referencia a niños y jóvenes, poniendo a su disposición los medios necesarios para que pueda concienciarse de su situación personal y del entorno. Para ello también implica a la familia y al barrio.
- Un Educador social de medio abierto cuyo objetivo son los adolescentes y jóvenes con problemas de inadaptación social, marginación, delincuencia y predelincuencia, utilizando la pedagogía de la relación.
- Una persona con vocación solidaria por los niños y jóvenes menos favorecidos que tiene una tarea educativa no formal.
- Una persona que se integra en el tejido social de un barrio y en su dinamismo transformador.
- Una persona que educa por contacto, que inicia caminos inéditos con el chaval para hallar las respuestas más convenientes.
- Un profesional sin horarios, porque las intervenciones educativas se desarrollan con más facilidad en los momentos de ocio.
En las V Jornadas Nacionales sobre Inadaptación Social y Recuperación de Menores que se celebraron en Madrid los días 10, 11 y 12 de Marzo de 1983, se definía al Educador de Calle como:
«Un trabajador social, cuyo marco de trabajo es fundamentalmente la calle, por ser éste un ámbito esencial de socialización al que no llegan las instituciones. Su acción educadora va dirigida a los niños y jóvenes con problemas de inadaptación social con los que lleva un tratamiento a la vez personal y grupal. Es un adulto que sirve de punto de referencia e identificación al menor y es testigo de la realidad de éste. Su función es facilitarle los medios necesarios para que pueda tomar conciencia de sí mismo y de su situación en el entorno y atender sus demandas más urgentes a todos los niveles, utilizando para ello todos los recursos existentes en la comunidad. Es un punto de conexión entre los jóvenes inadaptados y la comunidad».
Faustino Guerau de Arellano, que es uno de los protagonistas de la Educación Especial en España y cofundador de los Colectivos Infantiles del Ayuntamiento de Barcelona y de la Escuela de Educadores Especializados Flor de Mayo de la Diputación de esta misma ciudad, define al Educador de Calle como:
«Un ciudadano intencionadamente preparado para apoyar procesos evolutivos de niños y adolescentes que tienen especiales dificultades para instalar su vida en áreas aceptables de personalidad individual y colectiva y que, por razones histórico-sociales, realiza este servicio sobre todo en el espacio calle».
Si decimos que el Educador es una persona con vocación y con opciones claras por las más vulnerables, entonces podemos también formular lo qué no es un Educador de Calle:
- Una persona que busca un puesto de trabajo, aunque tenga derecho a vivir de su tarea.
- Un profesional aséptico, distante y multipreparado.
- Un «plasta».
- Un paracaidista que, solitario y sin miras de continuidad, se deja caer en un barrio del que no se siente parte integrante.
Por tanto, el Educador de Calle, será una persona que se implica y complica, porque:
- Actuará como elemento catalizador entre el barrio y el joven.
- Tendrá que introducirse en el mundo del chaval, asumiendo su propia cultura y su problemática.
- Será elemento creador en todos los aspectos: juegos, diálogos, actividades...
- Acogerá las demandas de los chavales-as y las interpretará.
- Hará de referencia tiempo-espacio.
- Se pondrá en contacto con las diferentes instituciones del barrio con el fin de dar a conocer abjetivamente la problemática de los menores y jóvenes y encontrar pautas y salidas válidas.
- Será elemento activo en la vida del barrio, participando en las reivindicaciones de éste y con la idea de que sólo cambiando al barrio cambiarán las gentes que en él viven.
- Realizará una educación divertida, sacando recursos pedagógicos de cualquier lugar, sobre todo de la vida diaria. No precisa muchos recursos materiales. La vida de los chavales es fuente de experiencias y aprendizaje.
- Ha de ser imaginativo, descolocante, responder con patrones de conducta no habituales, pero con seguridad, cariño, firmeza y flexibilidad. Los chavales están acostumbrados a que se los miren de una determinada manera y a unas formas concretas de reaccionar ante su violencia verbal, sus chantajes morales y sus demandas. Cuando se encuentran con otro tipo de respuestas no violentas les descoloca, y si encima se ponen más agresivos y sigue sin haber espiral de violencia, la sorpresa es aún mayor.

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